La kombucha, una bebida fermentada cada vez más popular, ha ganado atención por sus posibles beneficios para la salud y su sabor único. Sin embargo, como con muchas tendencias de salud, también ha acumulado su parte de mitos y conceptos erróneos. En este artículo, exploraremos algunos de los mitos más comunes que rodean a la kombucha y separaremos los hechos de la ficción.
Mito 1: La Kombucha es una cura para todas las enfermedades.
Es tentador pensar que una bebida puede ser la solución para todos los males, pero es importante recordar que la kombucha no es una poción mágica que cure todas las enfermedades. Si bien puede tener beneficios para la salud debido a sus probióticos y nutrientes, no debe considerarse como un reemplazo para tratamientos médicos legítimos.
Mito 2: La Kombucha no contiene azúcar ni calorías.
La kombucha comienza el proceso de fermentación como una mezcla de té endulzado, que proporciona la comida necesaria para las bacterias y levaduras que se utilizan en el proceso de fermentación. Durante la fermentación, estas bacterias y levaduras se alimentan del azúcar, lo que resulta en una bebida con menos azúcar de la que se encontraba originalmente, pero no necesariamente libre de azúcar. El contenido de azúcar en la kombucha varía según la marca y el proceso de fermentación, pero rara vez es nulo. La mayoría de marcas comerciales tendrán un grado de entre 2g a 5g de azúcar por cada 100ml, mientras que al hacerla en casa es común que se encuentre en el rango de 4g hasta 10g por cada 100ml dependiendo de los días de fermentación, la temperatura y la cantidad de azúcar que se utilice.
Por consiguiente, la kombucha tampoco es libre de calorías. Cada gramo de azúcar significa 4 kcal por lo que en promedio, una ración de kombucha de 100ml tendrá entre 8 kcal a 40 kcal solo en azúcares residuales. Si bien es cierto que las calorías son significativamente menores que las de una bebida azucarada, no se puede afirmar que la kombucha sea completamente libre de calorías.
Mito 3: El SCOBY es un hongo.
SCOBY (Symbiotic Culture of Bacteria and Yeast) es el nombre con el que se le conoce al cultivo que fermenta la kombucha. El cultivo como producto de la fermentación genera un biomaterial gelatinoso que tiene la apariencia de un hongo y que es por lejos la parte visual más característica de la kombucha. Sin embargo, los microorganismos presentes en el SCOBY son invisibles a simple vista para el ojo humano y se componen de distintas cepas de bacterias y levaduras que viven en simbiosis tanto en el biomaterial que generan como en el líquido que fermentan.
Mito 4: La Kombucha es una fuente importante de vitamina B12.
La idea de que la kombucha es una fuente rica de vitamina B12 ha circulado ampliamente. Sin embargo, la cantidad de B12 presente en la kombucha por si sola, generalmente no es significante y no puede satisfacer las necesidades de esta vitamina esencial en la dieta. Se puede incrementar la cantidad de B12 en la kombucha agregando cáscara triturada de huevo a tu fermento para alimentar a tu cultivo, sin embargo, definitivamente tendrá un impacto en el sabor que dependerá del gusto de cada uno.
Mito 5: La Kombucha siempre contiene alcohol.
Aunque es cierto que la fermentación de la kombucha puede generar pequeñas cantidades de alcohol, sobre todo cuando es preparada en casa, las bacterias terminan consumiendo la mayoría del etanol al final de la fermentación, dejando valores menores a 2%. Por otra parte, la mayoría de las marcas comerciales mantienen el contenido alcohólico por debajo del 0.5%, lo que las califica como no alcohólicas en la mayoría de los países.
Mito 6: La Kombucha puede eliminar rápidamente el alcohol del cuerpo:
Contrario a la creencia popular, beber kombucha no es un método realmente efectivo para revertir los efectos de la embriaguez de forma inmediata. El proceso de metabolización del alcohol es complejo, requiere de un buen funcionamiento del hígado y puede tomar varias horas en realizarse. Sin embargo, es cierto que puede ayudar en reducir los síntomas desagradables de la embriaguez y la resaca gracias a su contenido de teína y por ser una buena fuente para la rehidratación. También es cierto que la kombucha cuando se consume regularmente puede ayudar a mejorar las funciones del hígado y por lo tanto ayudar a metabolizar mejor el alcohol.
Mito 7: No se puede fermentar Kombucha de manera segura en casa:
La kombucha es una de las bebidas fermentadas con mayor antigüedad conocida por el hombre. Se ha preparado de forma casera por generaciones y es muy segura y resistente. Con las precauciones e higiene adecuado, la fermentación de la kombucha se puede realizar de manera segura en el hogar.
Mito 8: Todo el mundo puede consumir Kombucha sin restricciones:
Aunque la mayoría de las personas disfrutan de la kombucha sin problemas, algunas podrían experimentar molestias digestivas o reacciones alérgicas. Como con cualquier alimento nuevo, prestar atención a las reacciones del cuerpo es crucial. Por lo general, no se recomienda a mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. Tampoco a personas con enfermedades hepáticas, personas diagnosticadas con sistemas inmunológicos deficientes y personas alérgicas al té. Ante cualquier duda, siempre consulta con tu médico.
Mito 9: Todas las marcas de Kombucha son iguales:
La calidad y el contenido nutricional de la kombucha pueden variar según la marca y el proceso de producción. Leer las etiquetas y elegir marcas confiables es esencial. Haciéndola en casa, tienes la ventaja de que puedes controlar todo el proceso y los ingredientes.
Mito 10: La Kombucha es un sustituto completo de alimentos probióticos:
Aunque la kombucha puede aportar una importante cantidad de probióticos, no debe considerarse como el único recurso. Una dieta equilibrada con una variedad de alimentos probióticos es esencial para la salud intestinal.
Mito 11: La kombucha contiene cafeína en cantidades significativas:
Si bien el té utilizado en la preparación de la kombucha contiene teína (compuesto molecularmente muy similar a la cafeína) la cantidad que finalmente queda en la bebida es relativamente baja. Además, el efecto que se reporta es de estimulación cerebral, relajación y de mejora en la concentración.
Conclusión:
La kombucha es una bebida fascinante con posibles beneficios para la salud, pero es importante abordarla con una comprensión precisa y basada en evidencia. Al desmitificar estos conceptos erróneos, podemos disfrutar de la kombucha de manera informada y segura como parte de una dieta equilibrada.
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