¡Bienvenidos a nuestro rincón de alquimia culinaria! Hoy te llevaremos en un viaje sensorial con una receta única que encantará tu paladar y deleitará tus sentidos: el Elixir Muñaberry, una kombucha vibrante que combina la dulzura jugosa de las fresas con el toque herbal refrescante de la muña.
La muña es uno de los secretos mejor guardados de las altas tierras andinas, una hierba aromática que aporta una nota herbal única y fresca. Combinada con la intensidad de las fresas, se convierte en el compañero perfecto para nuestra kombucha casera.
Sigue leyendo para sumergirte en el proceso de preparación del Elixir Muñaberry. Te guiaremos paso a paso para que puedas disfrutar de esta obra maestra de la fermentación en la comodidad de tu hogar. ¡Prepárate para una explosión de sabores y una experiencia revitalizante con cada sorbo!
La siguiente receta rinde para 1 litro de kombucha, pero si deseas preparar más, solo deberás multiplicar los ingredientes por cuántos litros quieras preparar.
Ingredientes:
800ml de kombucha lista*
75 gramos de fresas frescas, lavadas y cortadas en trozos
5 gramos de muña seca o fresca
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Prepara la mezcla de fresa con muña:
Pon en un frasco (preferiblemente de vidrio) los 75 gramos de fresas, lavadas y cortadas en trozos; luego, presiónalas ligeramente con la ayuda de una cuchara para que se puedan abrir.
Prepara una infusión concentrada en 100 ml de agua con los 5 gramos de muña. Deja infusionar por al menos 3 minutos y no más de 10 minutos.
Añade 100 ml de agua fría filtrada a la infusión para bajar la temperatura y agrega la mezcla al frasco con las fresas.
Añade la kombucha y mezcla los sabores:
Asegúrate de que la mezcla de fresa con muña esté a una temperatura inferior a 36 grados.
Agrega tu kombucha lista al frasco y mezcla bien para que se integren adecuadamente los sabores.
Cubre el frasco con un paño limpio y sujétalo con una banda elástica.
Deja reposar entre 12 a 24 horas para asegurar que se hayan fusionado correctamente los aromas y sabores de las hojas de muña y las fresas.
Embotellamiento:
Pasado el tiempo de reposo, cuela y filtra la mezcla con la ayuda de un colador (preferiblemente, pero no obligatorio) de plástico o un filtro de té y leches vegetales para obtener una solución más pura.
Usando un colador, vierte la kombucha filtrada en botellas de vidrio, preferiblemente con tapa hermética.
Pro Tip: Deja una botella con menos cantidad que las otras (aproximadamente un 30%) para que sea tu botella de prueba de gas. Esta botella será la que abras primero para comprobar si tu kombucha ha generado suficiente gas, reduciendo el riesgo de derrames y pérdidas.
Fermentación:
Deja que tu kombucha fermente en las botellas durante 2 a 3 días adicionales. Ten en cuenta que la temperatura y el grado de azúcar de tu primera fermentación jugarán un papel vital en la cantidad de CO2 (carbonatación) que tendrá tu kombucha final. Cuanto más azúcar quede remanente en la primera fermentación y más alta sea la temperatura, más CO2 quedará atrapado en la botella y la fermentación será más rápida. Es importante encontrar un equilibrio entre el nivel de azúcar y el gas que deseas obtener.
Refrigeración:
Pasados los días de fermentación, prueba con tu botella de prueba de gas para determinar si tu kombucha está lista. Si es así, traslada todas las botellas a la refrigeradora para detener la fermentación.
Espera al menos 6 horas antes de abrir tu kombucha para permitir que el cultivo se asiente en la botella y que tu kombucha se enfríe completamente.
¡Y ahí lo tienes! Disfruta de tu Elixir Muñaberry, una deliciosa kombucha con el equilibrio perfecto entre la frescura de las fresas y el toque herbal de la muña. ¡Salud!
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